La sociedad en su conjunto busca el "bien común" de sus miembros sancionando positivamente las normas que cultivan la integridad o sancionando negativamente las normas y comportamientos que violan sus valores.Sin embargo, la sociedad en su conjunto delegó parte de su poder y autoridad en instituciones políticas y gubernamentales encargadas de cumplir la voluntad de la sociedad. La cuestión es entonces cómo responde la Iglesia—un grupo social dentro de la sociedad—cuando las fuerzas sociopolíticas infringen sus valores. No es una cuestión o un problema nuevo para la Iglesia o sus predecesores religiosos.
En este breve artículo, quiero ofrecer una perspectiva general de cómo respondió Israel a las fuerzas sociales y a la cultura grecorromana que les afectó como pueblo y nación. La Iglesia aprenderá mucho de su respuesta, especialmente cómo no responder.
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